Entre 1936 y 1937 L’Humanité, el periódico que Picasso leía a
diario, lanzó una agresiva campaña contra la prensa de derechas, denominándola la prensa que miente, la prensa que mata.
[P. Vaillant-Couturier, director de L’Humanité: Presse qui ment, presse qui tue!, París, Éd populaire de propagande, (1936)]
[P. Vaillant-Couturier, director de L’Humanité: Presse qui ment, presse qui tue!, París, Éd populaire de propagande, (1936)]
Así pues, si se quiere comprender plenamente la idea inicial del cuadro que Picasso iba a crear para expresar su rechazo, debemos ponernos en su lugar y trasladarnos a su estudio parisino, donde recibe la aterradora noticia a través de la radio y de las controvertidas reseñas periodísticas en sus diarios habituales, para lo que hay que tener en cuenta que la repercusión en los medios de comunicación fue tremendamente distorsionada y condicionada por los periódicos franceses, fuertemente politizados y abiertamente partidista.
Patricia Failing escribió: La visceral empatía con la causa española no fue generada,por los hechos reales, sino por imágenes de los periódicos. Para la prensa europea de izquierda y derecha, la guerra se convirtió en un transmisor de doctrina y sólo después se puso de manifiesto que los héroes, las victorias y las derrotas que presidían los titulares eran a menudo no sólo ficticios sino también mucho más indicativos de la política internacional que de la realidad imperante en el frente español.
[Patricia Failing, “Picasso’s ‘Cries of Children… Cries of Stones’.” en Art News, 126, 7 (Sept 1977)]
La transmisión inexacta y retrasada de las noticias; las numerosas mentiras –reales o percibidas como tales– de la prensa y de los propagandistas; la angustia ante la imposibilidad de enterarse desde París de lo que realmente ocurría en España dejan de ser elementos meramente circunstanciales para converirse en la esencia de la gestacion de la propia obra.
La primera reseña periodística llegó a París el
día 27 de abril en Ce Soir con poco más que un escueto telegrama remitido por
el corresponsal del periódico en Bilbao y en el que se describía el ataque como el más horrible bombardeo de la guerra.
Louis Aragon, amigo de Picasso, era a la sazón director de Ce Soir y después
lo sería de L'Humanite, el periódico financiado por la embajada española en París y defendiendo con entusiasmo la causa de la República.
El 30 de abril y 1 de mayo, aparecieron las primeras
fotografías del pueblo con sus paredes devastadas en diversos periódicos, entre
ellos Le Figaro y Ce Soir mas, mientras los
demás rotativos procuraban silenciar el hecho, L 'Humanité lo mantuvo
vivo. El
mismo día, titulares de Le Fígaro, siguiendo estrictamente la línea franquista, proclamaban: Guernica no pudo ser destruida por bombas lanzadas desde el aire, fueron los rojos los que la incendiarion "a mano".
La acusación de los "nacionales" de que la destrucción de Guernica había
sido obra de los propios republicanos fue rápidamente refutada por un
testigo imparcial, el periodista británico George Steer cuyas crónicas sobre el bombardeo de Guernica fueron publicadas por los influyentes The Times y por The New York Times. Sin embargo, lo cierto es que los hechos fueron negados por uno y otro bando y la versión oficial franquista se mantuvo durante toda la contienda, funcionando como herramienta propagandística.
Quizá fue lo insólito de esta controversia lo que llamó la atención del maestro, desencadenando acontecimientos que se convirtieron en punto de inflexión. El sábado, 1 de mayo
de 1937, sólo cinco días después del bombardeo de Guernica, y coincidiendo con el Día del Trabajador, tuvo lugar en París
la más grande manifestación de esta índole en toda su historia: más de un
millón de manifestantes cubrieron a pie el histórico recorrido que va de la
Plaza de la República a la Bastilla y, aquella misma tarde, Picasso, profundamente impresionado e irritado,
renunció a su costumbre de pasar los fines de semana con Marie-Thérese y su
pequeña hija Maya en la casa que tenía en el campo y cogió un lápiz y un
pequeño bloc de papel azul y trazó un escueto boceto de un toro, un caballo y
una mujer. Era el principio del Guernica.
Para saber más:
Martin Minchom, historiador y editor, investiga ampliamente la cobertura de la guerra civil por la prensa extranjera. Sus publicaciones incluyen ediciones de Geoffrey Cox, La Defensa de Madrid (2005), y Louis Delaprée, Morir en Madrid (2009).
GARCÍA, Carlos, (dir.), Corresponsales en la Guerra de España, Madrid, Instituto Cervantes, Fundación Pablo Iglesias, 2006.
SOUTHWORTH, Herbert R., La destruction de Guernica: Journalisme, diplomatie, propagande et histoire, París, Ruedo Ibérico, 1975.
WINGEATE, David, France Divided: The French and the Civil War in Spain, Eastbourne, Sussex Academic Press, 2011.
Pablo Picasso, Estudio para “Guernica”, 1 de Mayo de 1937, lápiz sobre papel azul, 21 x26 cm. |
Martin Minchom, historiador y editor, investiga ampliamente la cobertura de la guerra civil por la prensa extranjera. Sus publicaciones incluyen ediciones de Geoffrey Cox, La Defensa de Madrid (2005), y Louis Delaprée, Morir en Madrid (2009).
GARCÍA, Carlos, (dir.), Corresponsales en la Guerra de España, Madrid, Instituto Cervantes, Fundación Pablo Iglesias, 2006.
SOUTHWORTH, Herbert R., La destruction de Guernica: Journalisme, diplomatie, propagande et histoire, París, Ruedo Ibérico, 1975.
WINGEATE, David, France Divided: The French and the Civil War in Spain, Eastbourne, Sussex Academic Press, 2011.
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