¡Buenas noches picassian@s! Continuamos con el
análisis pormenorizado de cada uno de los elementos que conforman el cuadro.
La luz emerge en el cuadro a través de dos
elementos. La bombilla que aparece como el centro de un ojo que preside la
escena y la ilumina. Y, también, aparece nítida la imagen de una lámpara con la
que una de las mujeres alumbra la escena y la ilumina en la que súbitamente
irrumpe.
Recogemos algunas de las interpretaciones que se han
dado entorno a estos dos elementos.
La bombilla eléctrica con la tulipa, que hay en la
parte superior, encima de la cabeza del caballo. No es un elemento de mero
adorno o anecdótico, sino parte importante de la alegoría creada por Picasso. El
artista recurre al mundo de la mitología y nos da una nueva versión de Helios,
caracterizado como un joven en la plenitud de su virilidad y dotado de gran
belleza. Helios, según la fábula clásica, recorría todos los días el cielo en
un carro tirado por corceles velocísimos, cuyos nombres llevaban en sí la idea
de fuego o luz. La bella personificación de ese daimón celeste Picasso la
redujo a la bombilla con tulipa, aunque está decorada con unos picos como
evocación de la corona radiada que llevó aquél sobre su cabeza.
Este elemento, aparentemente secundario, da la clave
del conjunto creado por Picasso; pese a la obscuridad del espacio plástico, él
ilumina simbólicamente a los elementos restantes y señala al mismo tiempo la
sacralidad del universo alegórico.
En lo relativo al significado iconológico de este
elemento, Helios es el centro simbólico de un universo sacralizado, en cuyo
ámbito Picasso desarrolló una historia de su personal interpretación de la
mitología acerca de la inmortalidad del Arte y de la Belleza.
Helios, metopa del Templo de Atenea, Museo de
Pérgamo (Berlín).
Pero contamos con otra significación: la luz que
ilumina desde lo alto parece una lámpara eléctrica porque en ella se puede
percibir una bombilla. Pero, la forma de la misma, debido a la perspectiva
cubista adopta la forma de un ojo con su pupila. Se trataría del lumínico ojo de Dios en el que se pueden
percibir rayos de luz y rayos de oscuridad. Este autor llevaba a cabo un análisis
iconológico, se trata de un ojo frío de un destello fotográfico que detiene y
congela con sus helados rayos la escena del desastre aprisionándola en el
interior de la geométrica disposición de los cristales de hielo cubistas. El
Dios moral, en su providencia, se ha dado muerte en la prematura muerte del
Redentor. Su luz mecánica y calculada ha irrumpido en forma de estallido
mezclando en un solo instante el Principio o Natividad y el Final o Piedad. No
habrá Resurrección, pues ésta es el resultado de una fe que no se ha podido
predicar.
Por último, una tercera interpretación, dice que se asemeja a un gran sol con sus rayos expandidos, pero
Picasso ha querido dejar claro que se trata de una lámpara al colocar una gran
bombilla con sus filamentos bien visibles. De esta manera contribuye a crear la
confusión sobre si la escena se desarrolla en un interior o en un exterior,
aspecto que nunca queda claro en el cuadro.
El segundo elemento a través del cual se introduce
la luz en el cuadro es la lámpara Siguiendo la iconografía del tema de la adoración de los pastores, la lámpara de aceite con
su estela, que puede ser el brazo del Ángel que indica la dirección en la que
el pastor encontrara el acontecimiento. También puede ser esa estrella que guía
a los magos y que acaba posándose sobre el Nacimiento. Este elemento es
ambivalente, pues su luz ilumina lo que ya está iluminado convirtiendo a la luz
misma en algo superfluo. Bien puede tratarse de una luz de la razón humana
mermada por la potencia luminosa y oscura, al tiempo, de una divinidad inmoral
que estalla poderosamente en lo alto del cuadro.
Por su parte,
Joaquín de La Puente habla de la contraposición que se da entre estos
dos focos de iluminación. El de la luz
humanizada, primigenia y caseramente sometida para la convivencia- la del
quinqué (lámpara)-; y el de la luminaria
altamente tecnológica que no parece gran cosa y que, sin embargo, deberá
meditarse mucho; que desde su realidad
técnica, cualquiera sabe adónde puede llegar a parar- la de la bombilla que por
encima de todos ya está-.
Bibliografía utilizada:
ALIX , J. Guernica:
guía informativa, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 1997.
CALVO SERRALLER, F. El Guernica de Picasso, T.F, Madrid, 1999.
DE LA PUENTE, J. El Guernica: historia de un cuadro, Sílex, Madrid, 2008.
LARREA, J. Guernica:
Pablo Picasso, Cuadernos para el Diálogo, 1977, Barcelona.
SEBASTIÁN
LÓPEZ, S. El “Guernica” y otras
obras de Picasso: contexto iconográficos, Universidad de Murcia, Murcia,
1984.
SOLSONA QUILIS, H. Teología del Guernica, “El Guernica de Picasso como primer cuadro
de la muerte de Dios”.
Cuánto significado en algo tan pequeño. Asombroso, me ha encantado!!
ResponderEliminarHa que te has encontrado tu pene
ResponderEliminarHa que te has encontrado tu pene
ResponderEliminarpene
ResponderEliminarhola
ResponderEliminartonto eres mu tonto caranchoa
ResponderEliminarOhh we hear isvradia gaga
ResponderEliminarInteresante. Graciiias por el connteniddo!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTanto puede ser un Dios que vigila los actos del hombre sobre la tierra ; Tal como puede ser un objeto no identificado con sus luces que tambien observa la escena
ResponderEliminarOLE MI POLLA GORDA
ResponderEliminarWhat
Eliminarcallaros yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa warros putos joder putos joder
EliminarPolla
ResponderEliminarMuchas gracias, me ha sido muy útil.
ResponderEliminarMe encanto! Gracias
ResponderEliminarcallaros ya
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