¡Buenas tardes
picassian@s! después de unos días de descanso volvemos a la carga (ya que como
decía el propio Picasso "Cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida"),con más temas interesantes en relación con El Guernica y con su análisis, en el que profundizaremos a partir
de estas semanas como ya vinimos haciendo hasta ahora con tanto interés. Continuando con la
descripción formal de la obra, vamos a presentar de manera un poco más exhaustiva,
como ya días atrás veníamos relacionando la composición y algunos puntos del
análisis del Guernica con Rubens, otros claros ejemplos de la Historia del Arte
que han podido influir o guardan relación con la obra de nuestro amigo,
asimismo, os invitamos a que vosotros mismos, fanáticos, seguidores o
estudiosos del arte, hagáis un ejercicio de reflexión y memoria, y podáis
pensar en estos u otros ejemplos dentro del arte que puedan tener una conexión
con la obra que nos acoge.
¿Cuadro de
Historia?
Hay que decir
primeramente, que uno de los aspectos que más fascinación han despertado en
relación con El Guernica, ha sido el de discutir la procedencia de las figuras
que allí aparecen, individualmente y en su conjunto, cuál es el género apropiado en el que cabría englobarlo.
La obra responde a una abstracción con la redefinición del género de historia,
como parece obvio, ya que representa uno de los temas más representados en el
arte moderno occidental: el cuadro de
batallas, la épica militar. Alberti,
ya definía la Historia en el Renacimiento como el tema más importante que un
pintor debía tener en mente. Así mismo, explicaba el sentido y la organización
formal que debía orientar este género, algunas de cuyas reglas se ajustan
perfectamente a nuestro controvertido cuadro, como el número de personajes que
deben formar parte de él.
Hay que
recordar, picassianos, la inagotable capacidad de Picasso de asimilar los
iconos artísticos de cualquier época, y es probablemente donde reside parte de
su genialidad, en la enorme cultura visual sobre el arte occidental clásico,
sabiéndolo adaptar y servirse de él a su gusto, haciéndolo propio. Ya vimos que
la composición recordaba a un frontón clásico por una parte y a un tríptico de
altar por otra, sin embargo, ahora es lícito que nos centremos en otros
detalles. Como mural, es imposible no referirse a otros murales del Quattrocento.
El Barroco dio paso ya a una descentralización del tema principal de las obras
de historia, pero no sería, hasta la segunda mitad del XVIII, lo que podemos
considerar como el arte de nuestra época, en la que se produzca la revolución
de los temas artísticos tradicionales. En cuanto a la temática se comienza a
volcarse en la cotidianidad, (interiores, campesinos, burgueses…) es decir, en
una historia privada. Simultáneamente
en Francia se produjo la variante de pintura
lacrimógena, que buscaba la explotación de los dramas morales, eco de la
filosofía de Rousseau. Sin embargo, no solo estos aspectos subyacen en la obra
del artista malagueño, habrá toda una serie de características y modelos desde
estos momentos hasta la creación del Guernica. Hay que pensar en un Velázquez,
en un Poussin, o en un Rubens, al igual que en un David a finales de siglos, un
Goya o un Delacroix. No hay que pasar por alto que El Guernica sí sería el
primer cuadro de historia de Picasso, pintado a los 56 años, y con medio siglo
de producción de distintos géneros a sus espaldas.
¿Cómo olvidarse
de las obras más próximas a él? Picasso adoraba
a Velázquez y lo tuvo siempre
presente, y hay que sacar a la palestra el cuadro emblemático de La
Rendición de Breda, o Las Lanzas. Semejanzas: la presencia
dominante del caballo en primer término, también escorzada por parte de
Velázquez. Hay sin embargo una contraposición entre ambas obras: en La Rendición de Breda, sólo hay hombres,
y se rinde homenaje a la humanidad de éstos tras una feroz batalla, en El Guernica, todas mujeres, expresan un
horror frente a la guerra.
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Diego Velázquez, La Rendición de Breda, oleo sobre lienzo, 1634-35, Museo del Prado.
A finales del siglo XVIII, surgen otros prototipos morales, sin olvidar la persona de David, quien pudo servir también de inspiración al artista, siendo tres las obras fundamentales, que recogemos a continuación::
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J. l. David, El Juramento del Jeu de Paume, 1789
J. L.David, Marat asesinado, 1793
J. David, Las Sabinas, 1799
No es difícil
encontrar semejanzas en sus fantásticas pinturas, pero volviendo a un ámbito
más cercano, y contemporáneo de David, Goya,
sería fundamental en la redefinición contemporánea de la pintura de historia. En
El
tres de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe
Pio, se expresa, con toda crudeza, la represión civil. Iluminada en la
negra noche a expensas de un pequeño farol, aparece la masacre, por otro, a
oscuras, el pelotón, los ejecutantes sin rostro. En el suelo, la montaña de
cadáveres. Imagen que no necesita más relación, ¿verdad?
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Francisco de Goya, El tres de mayo de 1808 en Madrid, 1814, pintura al aceite, Museo del Prado
A principios
del XIX, se pintan otras obras que tienen en común esta idea del exterminio
colectivo. La balsa de la medusa de Géricault,
no representa una acción bélica, pero sí un hecho trágico contemporáneo, de
connotaciones políticas como ya sabéis, intrépidos historiadores y amantes del
arte, pero donde sobre todo se recoge el anónimo dolor colectivo. Delacroix también supo captar el
mensaje y hacer más explicito el tema de la masacre de inocentes con su Matanza
de Quios, épico episodio de guerra. Otros cuadros influyentes del gran
pintor serían La libertad guiando al pueblo, muy citado también como fuente
iconográfica del Guernica. La muerte de Sardanápalo, no está intrínsecamente
relacionada con nuestra obra, pero sin duda también asistimos a la matanza de
mujeres y caballos, a otra gran masacre.
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Théodore Géricault, La balsa de la medusa, 1818-1819, pintura al aceite, Museo del Louvre. |
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Eugène Delacroix, La matanza de Quíos, 1824, Museo del Louvre |
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Eugène Delacroix, La libertad guiando al pueblo, 1830, Museo del Louvre
A partir de
este momento no tendremos ejemplos visuales tan claros (o tan mundialmente
representativos) de cuadros de historia bélicos, pero sí tendremos otro aspecto
fundamental que no podemos pasar por alto, la representación de la sociedad en
sus menesteres habituales, por insignificante que pueda parecer. En este sentido,
Courbet tuvo importancia capital. Un
pequeño entierro en una pequeña comunidad apartada le sirvió como de
inspiración para una obra monumental, al igual que Picasso con Guernica. Además
hay otro nexo de unión, entre ambos artistas, con El taller del pintor,
Courbet utiliza unas medidas espectaculares, de 361 x 598 cm, equiparándose al
descomunal Guernica.
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Gustave Courbet, Entierro en Ornans, 1849, Museo de Orsay. |
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Gustave Courbet, El taller del pintor, 1855, Museo de Orsay |
A partir de
todos estos ejemplos podemos ir comprendiendo visualmente el importante poso de
Picasso con el legendario género de pintura de historia. Francisco Calvo
Serraller, a lo largo de toda esta interesante exposición de fuentes, lanza una
hipótesis a modo de interrogante sobre si El
Guernica, pudiera haber sido además concebido, por su composición y
elementos, como una gran naturaleza muerta. ¿Qué creéis vosotros? ¿Os parece
acertada esta denominación? ¿Os parece más apropiado otro género completamente
distinto o estáis de acuerdo en que es uno de los más representativos ejemplos
en nuestra pintura moderna de lo que es la Historia? ¡Meditemos sobre ello y atreveros
a comentad, queridos picassianos!
Bibliografía recomendada:
- ARNHEIM, R., El Guernica de Picasso: Génesis de una pintura, Gustavo Gili,
Barcelona,1981.
- CALVO SERRALLER, F., El Guernica de Picasso, Ed. T.f, Madrid, 1999, pp. 29-41.
- DE LA PUENTE, J., El Guernica: historia de un cuadro,
Madrid, Sílex, D.L. 2008.