miércoles, 1 de mayo de 2013

El caballo.



¡Intrépidos Picassian@s! Guernicamitoeicono no cierra por vacaciones, hoy día del trabajador continuamos con la descripción y análisis de los elementos de la obra:

El caballo o  yegua blanca destripada como vemos es un elemento fundamental en la obra, ocupando el centro de la composición, su cuerpo se encuentra ligeramente retirado hacia la derecha, pero su cabeza, igual que la del toro, se vuelve hacia la izquierda. Vemos en él, el intento  de movimiento de una de las patas delanteras para mantenerse en equilibrio, pues da la sensación de que se encuentra a punto de caerse. En su costado se abre una herida vertical y está, además, atravesado por una lanza. Tiene la cabeza levantada y la boca abierta, de donde sobresale la lengua, terminada en punta. Su cabeza y su cuello son grises, el pecho y una de sus patas de color blanco, y el resto de su cuerpo está recubierto por pequeños trazos.



Dicho animal desbocado y enloquecido  representa el alzamiento de Franco. Picasso en un principio dijo que esta figura simbolizaba al pueblo pero tiempo después comentó que personificaba el horror fascista; un periodista le preguntó el porqué de esta “contradicción”, a lo que el pintor respondió “si representa al pueblo, a una parte de España, la España franquista”. En el lomo del caballo, se puede observar que está cubierto de pequeñas líneas o marcas en vertical que podría tratarse figuradamente de las letras de un periódico, como instrumento de publicidad del movimiento franquista.

Tenemos constancia de que fue un elemento que Picasso varió a lo largo de los múltiples bocetos de la obra.




La figuración que hoy vemos como en el resto de elementos que conforman el cuadro experimento un abundante estudio pormenorizado, que en el caso de caballo se remonta no sólo a los bocetos previos de la obra sino a pinturas anteriores sobre todo de los años treinta donde el astro malagueño esperimentó con la llamada " boca sumidero".






Herido de muerte, el caballo se revuelve bramando de dolor. Sus heridas no son cornadas, ha sido atacado por el hombre con la espada y con la lanza que atraviesa su cuerpo. Sus patas pisotean al guerrero muerto y, con su cuello retorcido, vuelve la cabeza hacia el toro como si demandara ayuda o una respuesta ante tal horror. La lengua se ha transformado en afilado cuchillo, expresión máxima de dolor.

Josefina Alix.

Por otro lado y más recientemente, el escultor Jorge Oteiza ha querido estudiar y analizar esta figuración como inspiración local de la tierra y con un trasfondo mucho más complejo que el dolor sino como una alianza que estaba ya intrínseca en la mentalidad primitiva del hombre prehistórico en cuanto a la representación del caballo, todo ello argumentado pues el caballo es el símbolo protector, el tótem, el salvador, el Cristo de nuestra prehistoria. Como símbolo ritual del invierno, el sacrificio del caballo lo encontramos en el Carnaval de Lanz. Es uno de esos carnavales que hice memoria del caballo que había contemplado en nuestro santuario prehistórico de Lascaux, pintado con el amor y dignidad del hombre en comunión con sus actos y la naturaleza, un caballo pintado en amarillo y envuelto en una fiesta propiciatoria de flechas emplumadas.
                               

En el País Vasco se conocen una docena de santuarios, yacimientos prehistóricos que son testigo de las teorías de Oteiza, en especial de Paleolítico Medio y Superior. El primer hallazgo que tiene más de un siglo (1904), tuvo lugar en Venta Laperra (Carranza, Vizcaya). Fueron encontrados un hueso con un grabado de la parte posterior de un caballo del periodo más remoto del arte paleolítico, dentro del Auriñaciense. Lo mismo se da en hallazgos de otras épocas que fueron estudiadas desde la década de los años 20 hasta fines de los 70 por Aranzadi, Barandiarán y Peña, y otros… Así que Oteiza no trata de inventar nada.


“El caballo sigue Oteiza como edificio, simbólicamente en y de la naturaleza para protección incluso de nuestra vida en la primera mentalidad. Como edificio espiritual, como tótem, fue luego en el Neolítico el cromlech, laburu o cráneo de carnero en la Edad Media”.

“El caballo aparece en el Guernica crucificado como un centauro de guerrero y pueblo, inscrito en la pirámide central con la base abajo, en la pirámide muerta y aplastada las pirámides sobre la base son siempre para la muerte. Por esa identificación del caballo con las señas más remotas y sagradas de nuestra identidad, la imaginación de esa pintura alcanza a descubrirnos Gernika como la ciudad sagrada del pueblo matriz de Europa”

Identifica así con el caballo con una tradición muy anterior. El caballo como símbolo pasa fácilmente de la noche al día, de la vida a la muerte, ya que relaciona fácilmente, los polos opuestos de una manifestación vital.



Bibliografía consultada:


CALVO SERRALLER, F., El Guernica de Picasso, Ed. T.f., Madrid, 1999.

DE LA PUENTE, J., El Guernica, Historia de un cuadro, Ed. Sílex, Madrid, 1983.

LARREA, J., Guernica de Picasso, Ed. A. Press, Madrid, 1971.


 http://es.globedia.com/guernica-picasso-simbolos-toro-iberico-caballo-victima-guerrero-herido-jorge-oteiza

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