"Cuando una paloma empieza a frecuentar los cuervos, sus plumas permanecen blancas, pero su corazón se vuelve negro" Proverbio alemán.
Como
la frágil paloma que regresa a su palomar después de haber entregado su
mensaje, queridos Picassian@s, nos apena transmitiros que estamos llegando al
ocaso de este recorrido histórico artístico de El Guernica como producto testimonial del arte contemporáneo del
siglo XX, que culminaremos con esta última vista a un elemento tan simbólico
como es la paloma, y con el traslado de la obra al Reina Sofía en los próximos
días, a modo de palomar, ya que como veremos sería todo un acierto, además de
dar unas últimas pinceladas al tema que nos ha acogido durante este tiempo y
hemos querido compartir con todos vosotros. Así mismo, cerramos el tema a la
par que cerramos nuestro propio recorrido académico de Picasso que habremos
visto apoyado con la colaboración de todos los blogs anejos al nuestro que con
tanto ahínco han dedicado su investigación, y que desde aquí queremos
transmitir nuestro apoyo.
En
su estancia natal todavía en Málaga, en una precoz infancia del artista, ya
vemos las primeras manifestaciones de la figura de la paloma, que repetiría a
lo largo de su producción, y que se muestra tanto en la obra artística de su
padre, José Ruiz Blasco que también era pintor, como en el ejemplo de “El Palomar”, una de sus obras
académicas, que probablemente inspiraría ya desde niño a Picasso a fijarse en
su figura, como el hijo que imita a su padre. Cabría decir que se le conoce sin
duda por ser “el padre de”. Se trataba de un pintor menor, provinciano, con
cargos en distintos museos. Fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de
Málaga. Aparte de la pintura de historia, (temas típicamente académicos) le
fascinaban los palomares.
José Ruiz Blasco. “El Palomar” |
Picasso. Málaga. 1890. Corrida de toros. Palomas. |
En
un dibujo de su niñez, de una primera infancia con 9 años, Picasso ya habría
realizado unos primeros bocetos con la integración de las palomas en la
composición. Corrida de toros. Palomas. Lo realiza en Málaga en 1890. Se trata de un foso taurino con
una corrida de toros con presencia de pichones, palomas, etc., evocando a los
temas preferidos de su padre. Están creados con torpeza pero con la gracia
propia de un niño, dejando ya evidente por otra parte lo que será el perfecto
dibujo de nuestro artista.
En El Guernica, la paloma aparecerá situada en el fondo, deformada, decolorada, insertada
en el fondo y colocada entre el toro y la yegua a la misma altura. Se
convertirá como veremos en el símbolo de los Congresos por la Paz, de los
partidos comunistas de 1947 y 1949, en un contexto también de destrucción, por
lo que aparece mirando al cielo como otra víctima más, con un ala rota y el
pico abierto. Aparece en un espacio reducido, en el que apenas puede moverse.
Es la representación de la libertad y la paz oprimidas, con no tanta presencia
como otras figuras como pueden ser el toro o la yegua que la rodean, pero
quizás con uno de los sentidos ocultos y que subyacen en el cuadro.
Diferentes versiones de la paloma del Guernica |
Picasso
se convertiría en el responsable de la creación de la paloma de la paz con una
rama de olivo en su pico, haciendo una serie de dibujos. Picasso traza el perfil de una paloma, como las blancas palomas que guardan en jaulas en su taller y las de los árboles de su infancia en Málaga. En 1949 crearía La paloma de la Paz, que
pronto se convertiría nuevamente en un símbolo y una imagen universal, reproducida
en todo tipo de carteles, insignias, etc. Una de ellas serviría para el cartel
del Congreso Mundial por la Paz, después de la Segunda Guerra Mundial. En esta
época ya estaría afiliado al Partido Comunista francés y desarrollará una
intensa actividad política, participando en múltiples debates y congresos a
favor de perpetuar la paz. Esta paloma emite paz no solo por la sencillez de
los trazos que la esbozan, sino también por su actitud de sosiego, y de
colaboración, representada con la ramita, que es un gesto de generosidad, de
acercamiento, de dar lo que está en su mano para conseguir esa paz.
Pablo Picasso. La Paz. 1952. Óleo sobre isorel. Templo de la Paz, Vallauris |
Imagen
que notablemente está relacionada con El
Guernica, pero con una visión renovada, donde sintetiza una doble
experiencia vivida en estos años. La luz y la cotidianeidad, el amor y la fantasía, la gracia mediterránea y el encanto humano protagonizan una vida llena de armonía que se opone a las abominables crisis y los horrores de la guerra, polos opuestos del universal dilema, entre los cuales oscila desde entonces la producción picassiana.
El señor de las palomas, de Antonio D. Olano, sería el título biográfico a
modo de memorias en el que se habla de un Picasso desconocido, un acercamiento
a todas las historias de sus rarezas, sus romances, desde el punto de vista de
un acercamiento cercano. El propio artista narra avatares de su familia y
relatos insólitos de su niñez junto a las palomas.
Como
anécdota final decir que Picasso tuvo una hija con Françoise a la que llamó
Paloma en honor a este símbolo, y que ella a su vez, la llamaría Paz a la suya. Tierno
homenaje, ¿no os parece? J
BIBLIOGRAFÍA
* CALVO SERRALLER,
F., El Guernica de Picasso, Ed. T.f.,
Madrid, 1999.
* DE LA PUENTE,
J., El Guernica, Historia de un cuadro,
Ed. Sílex, Madrid, 1983.
* CABANNE, Pierre, El siglo de Picasso II, La Guerra. Gloria y soledad. (1937-1973), Denöel Gonthier, París, 1982.
* INGLADA, Rafael. Picasso antes del azul (1881-1901), II, Infancia en Málaga. Málaga: Fundación Pablo Ruiz Picasso, 2003.
* RUSSEL, Frank D. El Guernica de Picasso. El laberinto de la narrativa y de la imaginación visual. Madrid: Editora Nacional, 1981.
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